Le Corbusier
(Texto publicado en Architectural Design,
vol. 29, febrero de 1959)
La arquitectura de la nueva edad ha triunfado en
todo el mundo. Pero todavía está sujeta a una oposición violenta e insidiosa.
Desbarata demasiados prejuicios y demasiados intereses creados. Todo el país
está controlado por la obstrucción comercial y por arquitectos que emplean
técnicas anticuadas, por lo cual les es imposible conformar las demandas de una
clientela nueva. Invocan tradiciones sagradas, el buen gusto, la belleza –
Pericles o Luis XIV, o cualquier cosa de ese orden.
Los maestros de las escuelas están extremadamente
preocupados por la curiosidad de sus alumnos, por sus preguntas indiscretas,
por su entusiasmo casi irrefrenable. La vida ya no es una broma para la mayoría
del cuerpo docente en muchas escuelas.
El inmenso futuro de la arquitectura moderna, que
es, al fin de cuentas, el equipo de una nueva civilización, no debería estar
mezclado con intereses creados. La vida recién comienza para una nueva
arquitectura y tiene una larga vida por delante. ¿Por qué negarle la
posibilidad de alcanzar belleza y grandeza? Esta clase de objeción es fútil e
injustificada. Pero igualmente es importante reconocer que se han cometido
muchos errores en el campo de la arquitectura moderna, especialmente por parte de la gente joven
que imagina que la casa del hombre moderno es una caja de jabón. Pero el mayor
daño ha sido hecho por los plagiarios que toman las superficialidades de la
arquitectura moderna y simplemente las aplican sobre los mismos viejos
esqueletos. Si el trabajo no está aún terminado (y por cierto que no lo está),
es el deber de las autoridades reconocer que el mundo evoluciona constantemente
y que, por lo tanto, la arquitectura, como expresión de una edad, debe ir
delante. Se le debe dar a la arquitectura la oportunidad necesaria para poder
experimentar prácticamente.
Uno de los aspectos cruciales de toda la cuestión
estriba en la enseñanza de la arquitectura en las escuelas. A este respecto
ciertos países están dormidos y se abrazan a la tradición: los estudiantes
están bien, pero los profesores... Todavía no dudan, dos mil años después, en
ser más romanos que los romanos, más alemanes que los alemanes... El
nacionalismo sólo sirve para adornar la arquitectura con toda suerte de
accesorios que nada tienen que ver con el problema real. En todo el mundo he
notado que la enseñanza de la arquitectura, de cualquier forma que sea
encarada, es siempre fragmentaria y superficial - a veces, aparentemente sobre el
viejo modelo Beaux Arts, a veces ausente de algún significado estético (como'
en algunos países orientales), a veces un poco exagerada (como
en la mayoría de los países técnicamente progresistas, como Norteamérica).
Lo que es aún más incongruente, es ver la fiera
oposición de nuestros padres y abuelos (magistrados, concejales, etc.), a
cualquier manifestación del espíritu moderno. ¿Para quién son proyectadas las
ciudades del futuro? ¿Para aquellos que morirán pronto, con sus costumbres
ancladas en el fondo de sus estómagos, o para aquellos que aún no han nacido? Su actitud defensiva es absurda.
La arquitectura provee la estructura para una
civilización (habitación, trabajo, esparcimiento, circulación); y así la
arquitectura es también urbanismo. Ya no es posible separar la arquitectura del
urbanismo - son una y la misma cosa. ¿Pero qué signos hay del urbanismo moderno? Recién ha nacido, es una nueva ciencia con
pocos profesores. Y son todos jóvenes. Seguramente merecen el reconocimiento
universal.
¿Si yo tuviese que enseñarles arquitectura? Es una
pregunta bastante embarazosa...
Comenzaría por prohibir los "órdenes",
por poner un fin a este palabrerío hueco de los órdenes, a este desafío
increíble a la inteligencia. Insistiría en un respeto real por la arquitectura.
Por otra parte, contaría a mis alumnos cuán conmovedoras son las cosas en el
Acrópolis de Atenas, cuya sublime grandeza comprenderían más tarde. Prometería
una explicación de la magnificencia del Palacio Farnesio, y del amplio golfo
espiritual existente entre el ábside de San Pedro y su fachada, ambos
construidos con el mismo "orden", pero uno por Miguel Ángel y la otra
por Maderna. y muchos otros de los hechos más simples y ciertos de la
arquitectura, cuya comprensión exige cierta maestría. Enfatizaría el hecho de
que la nobleza, la pureza, la percepción intelectual, la belleza plástica, y la
eterna cualidad de la proporción, son los goces fundamentales de la
arquitectura que pueden ser entendidos por cualquiera.
Trataría de inculcar en mis alumnos un sentido
preciso de control, de juicio imparcial y del "cómo" y del "por
qué"... Los entusiasmaría para cultivar este sentido hasta el día de su
muerte.
Pero quisiera que lo basaran sobre una serie de
hechos objetivos. Los hechos son fluidos y cambiables, especialmente hoy en
día, así que les enseñaría a desconfiar de las fórmulas y les trataría de hacer
entender que todo es relativo.
Pregunto a un joven estudiante: ¿cómo hace usted
una puerta?, ¿de qué tamaño?, ¿dónde la pone?, ¿cómo hace usted una ventana?
Pero, incidentalmente, ¿para qué sirve una ventana?, ¿sabe realmente para qué
se hacen las ventanas? Si lo sabe, podrá explicarme por qué una ventana es
cuadrada, rectangular o curva. Quiero razones para ello, y agregaría: piénselo:
¿necesitamos realmente ventanas hoy en día?.
¿En qué parte de un cuarto pone usted una puerta?.
Quizás tenga varias soluciones. Usted tiene razón, hay varias soluciones y cada
cual da una sensación arquitectónica diferente. Ya ve esas diferencias de
solución son la base misma de la arquitectura. De acuerdo con la forma en que
usted entra en un cuarto, y de acuerdo con la posición de la puerta en la
pared, usted tiene una impresión determinada y la pared que perfora toma
características determinadas.
Usted siente que ha descubierto la arquitectura. De
paso, le prohíbo trazar un eje en sus planos, los ejes son meramente una
fórmula para encandilar al lego.
Otro punto, igualmente importante: ¿dónde ubica las
aberturas de las ventanas? Usted se da cuenta que de acuerdo de donde viene la
luz, tiene una sensación determinada, así que dibuje todas las formas posibles
de ubicación de ventanas y luego dígame cuál es la mejor. En realidad, ¿por qué
ha hecho el cuarto con esa forma? Piense en otras formas con más posibilidades
y ubique las aberturas para puertas y ventanas. Le conviene comprar un gran cuaderno
de notas para este trabajo – necesitará hojas y hojas.
Ahora dibuje todas las formas posibles de
comedores, cocinas, dormitorios, cada cual con sus requisitos especiales.
Habiendo hecho esto, trate de reducir las dimensiones al mínimo. Una cocina.
Esto es una cuestión de urbanismo, circulación y espacio para trabajar. No
olvide que la cocina es algo sagrado entre lo sagrado.
La próxima cosa a diseñar es la oficina de un hombre
de negocios, y la de su secretario, sus dactilógrafos y sus empleados. Recuerde
que una casa es una máquina para vivir y una oficina o una fábrica es una
máquina para trabajar.
Usted no sabe nada de "órdenes", ni del
"estilo 1925", y si lo pesco proyectando algo en el "estilo
1925", le daré un tirón de orejas. No debe ser un estilista. Usted
articula, usted planea, nada más.
Ahora trate de resolver uno de los problemas
contemporáneos más intrincados: la casa mínima. Primero para un hombre o una
mujer solteros, luego para un matrimonio, no cuente con los hijos. Luego la
casa se amplía, llegan dos hijos. Luego tendrá que acomodar a cuatro hijos.
Como todo esto es muy difícil, usted comenzará por
dibujar una línea recta alrededor de la cual usted construirá las unidades
necesarias en su orden correcto, cada cual con un área mínima.
Luego, en una especie de árbol genealógico, usted
tratará de solucionar su circulación poniendo las unidades apropiadas una al
Iado de la otra. Para terminar, tratará de juntar las unidades componentes para
hacer una casa - no se preocupe por la construcción: eso es otra cuestión.
Si por casualidad le gusta jugar al ajedrez, le
será útil aquí, y no necesitará ir al 65 café para encontrar un contrincante.
Usted irá a ver edificios en construcción para ver
cómo se hormigonan los techos y pisos y cómo se ponen las ventanas. Haga
dibujos y si ve algo idiota, tome nota de ello y cuando vuelva pregunte. No se
imagine que aprenderá construcciones por medio de las matemáticas.
Es un engaño empleado por las academias para
dominarle. Sin embargo, deberá aprender una cierta cantidad de estática. Esto
es fácil. No crea que necesita saber exactamente cómo llegan los matemáticos a
la resistencia y sus fórmulas. Con un poco de práctica, comprenderá el mecanismo
del cálculo, pero sobre todo recuerde cómo trabajan las distintas partes de una
estructura. Asegúrese de entender los momentos de inercia. Una vez que los
entienda, usted quedará libre para hacer cualquier cosa. Todo esto es muy
claro: deje las matemáticas superiores a los matemáticos.
Sus estudios no han terminado aún. Usted tendrá que
investigar en cuestiones de sonido, temperatura y expansión. De calefacción y
refrigeración. Cuanto más experiencia directa pueda recoger a esta altura, más
lo agradecerá luego.
Trate de dibujar un puerto con las boyas que marcan
el canal, y muestre cómo un transatlántico viene a lo largo de los espigones y
sale nuevamente. Le servirá cortar un trozo de papel coloreado con la forma del
barco y marcar las posiciones sucesivas sobre el dibujo. Esto le puede dar una
idea de cómo proyectar los espigones.
Ahora dibuje un bloque de doscientas oficinas con
una plaza enfrente para estacionamiento de coches: investigue a cuántos coches
debe servir y como con el barco muestre claramente sus maniobras. Quizás así
tendrá alguna idea del tamaño y la forma para los espacios libres y de estacionamiento,
y de su relación con la calle. He aquí una regla ideal: use lápices de color.
Con el color usted acentúa, clasifica, clarifica,
desenreda. Con el lápiz negro usted queda atascado y está perdido. Dígase
siempre: los dibujos deben ser fáciles de leer. El color le salvará.
Aquí hay una plaza en la ciudad con varias calles
que se encuentran. Busque cómo se cruza el tráfico. Trate de pensar en cada
tipo de plaza y piense cuál es la mejor para la circulación.
Plantéese el problema de una sala de estar con sus
puertas y ventanas. Disponga los muebles necesarios en forma conveniente. Este
es otro problema de circulación i Y de sentido común y unas cuantas cosas más!
Pregúntese si su habitación sirve de este modo para un propósito determinado.
Ahora le planteo un problema escrito: redacte un
informe comparativo y analítico de las razones de la existencia de ciudades
como Londres, Birmingham, Hull, Liverpool, Glasgow. Tarea bastante dura para un
estudiante, pero usted se dará cuenta que antes de escribir nada deberá conocer
exactamente qué es lo que está considerando, y por qué existe. Es un ejercicio espléndido
para desarrollar el poder de discriminación.
Un día, vaya a la estación, con un metro en la
mano, y haga un dibujo acotado y exacto de un coche restaurante con su cocina y
servicio. Haga lo mismo con un coche dormitorio. Luego vaya al puerto y visite
un transatlántico. Haga planos coloreados y cortes mostrando cómo funciona. De
hecho, ¿tiene usted una idea clara de qué sucede en un transatlántico? ¿Se da usted
cuenta que es un palacio que acomoda a dos mil personas de las cuales un tercio
vive lujosamente? ¿Se da cuenta que aquí hay un sistema de hotel con tres
clases enteramente separadas e independientes, un sistema gigantesco de
propulsión mecánica con su cuerpo de maquinistas y mecánicos, y aparte de esto un
sistema de oficiales y marinos para dirigir el barco? Cuando usted pueda
expresar claramente por medio de cortes coloreados y plantas la organización de
un transatlántico, usted podrá participar en el próximo concurso para un Palacio
de la Liga de las Naciones.
Y ahora, amigo mío, le ruego abra bien sus ojos.
¿Mantiene usted sus ojos abiertos? ¿Ha sido entrenado a abrir los ojos? ¿Los
mantiene abiertos continuamente y útilmente? ¿Qué es lo que mira cuando va de
paseo?
Observe los fondos de los edificios si quiere
aprender algo. Cierre los ojos ante el frente que da a la calle. Luego vaya y
mida algunos de estos edificios que son decentes detrás de sus fachadas.
Estudie este particular con vistas hacia la ejecución posterior en mayor
escala, quizás en acero (una casa prefabricada) o en hormigón armado
(combinando unidades standard).
Ahora que he recurrido a su sentido de la
honestidad, me gustaría inculcar en usted y en todos los estudiantes de
arquitectura un odio hacia el "estilismo de tablero de dibujo", que
es meramente cubrir una hoja de papel con dibujos atractivos,
"estilos" y "órdenes", estas son modas.
Pero la arquitectura es espacio, ancho,
profundidad, y altura, volumen y circulación. La arquitectura es una concepción
de la mente. Debe ser concebida en su cabeza con os ojos cerrados. Sólo en esa
forma puede visualizar su proyecto. El papel es sólo un medio para anotar la
idea y transmitirla al cliente o al constructor. Todo esta en la planta y en el
corte.
Cuando usted llega a través de plantas y cortes a
un ente que funciona, han de seguir las fachadas, y si usted tiene alguna
capacidad para diseñar, sus fachadas serán bellas. Diga, por todos los medios,
que las casas son para vivir dentro, pero será un buen arquitecto cuando las fachadas
sean expresión de ello. La proporción es suficiente, pero también necesita
bastante imaginación; además, cuanto más modesto sea su problema más
imaginación le hará falta.
La arquitectura es organización. Usted es un organizador y no un
estilista de tablero de dibujo.
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