Por Jorge Alberto Garrappa
La Madre Patria de millones inmigrantes y descendientes italianos, cumplirá este año apenas 150 años de su unidad política.
Aunque no territorial, pues esta deberá esperar la finalización de la "Gran Guerra" (1915-1918), para la anexión definitiva de los territorios del Trentino Alto Adige y la Venezia Giulia.
La Madre Patria de millones inmigrantes y descendientes italianos, cumplirá este año apenas 150 años de su unidad política.
Aunque no territorial, pues esta deberá esperar la finalización de la "Gran Guerra" (1915-1918), para la anexión definitiva de los territorios del Trentino Alto Adige y la Venezia Giulia.
Hasta 1861, la "bella Italia", cuna de la civilización Etrusca, del Imperio Romano y del Renacimiento, era un mosaico de reinos, ducados, republicas y posesiones de todo origen, que se disputaban la hegemonía sobre la Península más codiciada del planeta.
El Reino de Italia (1861-1946)
El Reino de Italia (1861-1946)
Con la primera convocatoria del Parlamento italiano, el 18 de febrero de 1861, y la sucesiva proclamación, el 17 de marzo, Vittorio Emanuele II fue ungido primer Rey de Italia desde1861 hasta 1878.
La población del Reino de Italia, respecto del originario Reino de Cerdeña, se quintuplico institucional y jurídicamente. Ello, y tener como modelo la estructura de Francia, comporto lo que fue llamada la “piemontesizacion” del País, con un acento fuertemente centralizado.
El nuevo Estado, una monarquía constitucional, se encontró -desde los primeros tiempos- en resolver los problemas de estandarización de las leyes, la falta de recursos por causa de las cajas estatales vacías por los gastos bélicos, la creación de una moneda única para toda la península y, mas en general, problemas de gestión en todas las tierras adquiridas.
A estos problemas, se agregaban otros, como el analfabetismo y la pobreza extendidas, aparte de la falta de infraestructuras.
La cuestión a resolver, tambien en los primeros años de la reunificación de Italia, fue la cuestión meridional y el “brigantaggio antisabaudo”, es decir, el bandidaje en las regiones meridionales (sobre todo entre 1861 y 1869).
Un ulterior elemento de fragilidad lo constituía la hostilidad de la Iglesia católica y el clero, en las relaciones con el nuevo Estado, hostilidad que se habría reforzado después de 1870 con la toma de Roma (cuestión romana).
El logo del aniversario (1861-2011)
El logo está pensado para ser una imagen - señal que recuerde el coraje, el sueño, la alegría profundamente humana que acompañó los hechos que llevaron a la Unidad de Italia: para sacarlos de los libros de historia y transformarlos en emoción actual.
Un logo alegre, positivo, porque el 2011 es una fiesta. Un logo vivo, descendiendo de los motivos ideales, mas en el detalle grafico, "la forma de la bandera es el resultado de un estudio que integra las sugestiones de fiesta, de velas hinchadas y de vuelo de pájaros”.
En cuanto al recorrido de creación del logo, "se parte de la investigación sobre los símbolos sedimentados, el primero de todos: el tricolor, declinado en una composición cargada de energía, que evoca el flamear de banderas de fiesta". Además, "el logo se presta a ser fácilmente adoptado por tantos proyectos que se desarrollaran en el País, sin invadir la especificidad de cada manifestación".