"Escribid con amor, con corazón, lo que os alcance, lo que os antoje. Que eso será bueno en el fondo, aunque la forma sea incorrecta; será apasionado, aunque a veces sea inexacto; agradará al lector, aunque rabie Garcilaso; no se parecerá a lo de nadie; pero; bueno o malo, será vuestro, nadie os lo disputará; entonces habrá prosa, habrá poesía, habrá defectos, habrá belleza." DOMINGO F. SARMIENTO



miércoles, 10 de junio de 2009

UN PUENTE...NO DEMASIADO LEJOS

En 1977, vi un film intitulado “Un puente demasiado lejos” (A bridge too far). En el, mas de diez primeras figuras del cine de Holywood como Sean Connery, Gene Hackman, Robert Redford, Maximilian Schell, James Caan, Anthony Hopkins, Liv Ullmann, Laurence Olivier, Michael Caine y Hardy Kruger entre otros,interpretaban a oficiales aliados y alemanes que participaron en esa operación, realizada durante la Segunda Guerra Mundial, por tomar el control del puente de Arnheim, sobre el Mosa, en Holanda.
Los buenos del film, finalmente lograban tomar el puente, pero a costa de gran cantidad de bajas y por solo 4 dias.
A pocos kilómetros del centro de Rafaela, sobre el antiguo “camino central” que une esta ciudad con la localidad de Lehmann, existe el puente carretero más antiguo de la zona.
Dicho puente pasa sobre el arroyo Las Calaveras que cruza de oeste a este el Departamento Castellanos en busca del Rio Salado.
Transitando hacia el norte, sobre el eje fundacional o “Cardo” romano, se pasa frente al autódromo y siguiendo, ya por tierra, se llega a la encrucijada de Fronterita donde se encuentra un pequeño caserío, la capilla Nuestra Señora del Rosario de Pompeya -construida en 1941- y la escuela.
Girando hacia el este e inmediatamente hacia el norte, se continúa por un camino bordeado por tupidos ligustros que superan los 6 metros de altura.
A unos 5 kilómetros del “martillo” de Fronterita –ya en jurisdicción de Lehmann- se llega al puente de vigas metálicas de celosia, cuya planchada de rodamiento -originalmente de madera- esta ahora cubierta por una espesa capa de suelo que modificó en parte su apariencia original.
No obstante ello, bajando por el costado este de la cabecera sur, se puede ver la capa de “durmientes” que servía de carril vehicular, ahora cubierto por una gruesa capa de tierra arcillosa.
Evidentemente se trata de un puente ferroviario adaptado al transito carretero de fines del siglo XIX.
Al cubrirlo con mejorado, probablemente se busco la solución más económica para resolver el problema de eventuales inundaciones pero, ciertamente, no la mas recomendable.
Tal vez por ignorancia, estamos habituados a abandonar o destruir nuestro patrimonio cultural e histórico que, en algunos casos, son únicos en el mundo como sucede con la bóveda de la Iglesia y la Capilla Domestica de la Compañía de Jesús de Córdoba.
Nuestro puente, sobre este camino secundario, luce orgulloso su placa identificatoria, de fundición de hierro, roblonada sobre la parte baja de una viga lateral.
En ella se puede leer claramente: PATENT SHAFT & AXLETREE Co. Ld. – 1887 – ENGINEERS WEDNESBURY, lo que revela que fue fabricado por esa empresa británica y montado en esa fecha por quienes realizaban el tendido de los incipientes ramales ferroviarios argentinos.
La Patent Shaft and Axletree Co Ltd, comúnmente conocida como la “Patent Shaft”, fue formada en 1840 por Charles Geach y James Hardy, en Wednesbury (Staffordshire) Inglaterra.
Los orígenes de esta compañía se remontan a 1830 y en 1959, The Patent Shaft and Axletree Company Est fue transformada en The Patent Shaft Steel Works Limited.
La compañía cerró en 1980 y se demolieron sus fábricas. Hoy nuevas unidades industriales han sido construidas en ese sitio y el camino Black Country Spine cruza la parte norte del lugar.
En 1885 la compañía construyo el primer Puente de acero del mundo en Benares, sobre el Rio Ganges, en el cual se emplearon 6500 toneladas de acero y, en 1900, construyo otros 7 puentes en Natal en menos de 2 meses.
Muchos puentes fueron construidos para las compañías ferroviarias británicas que trabajaban en el Reino Unido y en otros países como Egipto, India, Japón, Sudáfrica y Sudamérica.
No demasiado lejos de Rafaela existe uno de ellos. Cuanto darían otros por tenerlo restaurado para que vecinos y turistas vengan a verlo desde todas partes