Titulo original "ARCHITECTURA IN NUCE" de Bruno Zevi
“La critica y por ello la historia de la arquitectura no sirven solo para hacer revivir el pasado y a consagrar la obra de algunos artistas contemporáneos: ellas deciden los modos mismos del ambiente antiguo y moderno”
Bruno Zevi
Definición de arquitectura Las tres condiciones de la buena arquitectura postuladas por Vitruvio, sobre la base de las fuentes griegas, y parafraseadas por la mayoría de los teóricos de la arquitectura, no disipan el eclecticismo del termino.
Si la arquitectura exige la firmitas, la utilitas y la venustas para juzgar el valor o para componer la historia se opera una tripartición entre los fenómenos sociales y su representación edilicia, los datos técnicos y los resultados estéticos.
Puestos sobre el mismo plano, estos tres aspectos de la arquitectura dan lugar a tres historias, ciertamente legitimas pero incongruentes.
* El considerar la arquitectura bajo el perfil de la firmitas conduce a una historia de la ingeniería, generalmente de carácter evolutivo, en la cual se confiere trascendental importancia a los periodos de mayor inventiva técnica, como el romano, el gótico y el moderno, disminuyendo aquellas épocas en las cuales la problemática constructiva aparece atenuada.
* El valorar la arquitectura según el cotejo con la utilitas – sea ese de orden practico funcional o simbólico - lleva a establecer una escala de juicio relacionada con las virtudes de las exigencias de contenido: políticas y sociales, religiosas y laicas, colectivas e individuales, que representan.
* El peligro de una critica fundada sobre la mera venustas es caer en abstracciones figurativas como proporciones, ritmos, equilibrio entre llenos y vacíos, euritmias (1), valores cromáticos, de iluminación, atmosféricos, táctiles: una historia de formas sin contenidos y humanas implicaciones.
En las multiformes definiciones de Arquitectura que se consiguen en los tratados y, en general, en la literatura antigua y moderna se registra la preocupación por responder a tres preguntas:
1. Que cosa expresa la arquitectura, que representa y con que símbolos?
2. La arquitectura se identifica con sus objetivos prácticos y con la técnica constructiva, o bien, en cuanto arte se disuelve de estos lazos?
3. Existen caracteres que distinguen la armonía arquitectónica, leyes intrínsecas al lenguaje de la arquitectura?
Esquematizando, las principales respuestas a estos interrogantes pueden ser agrupadas así:
a. Definiciones culturales, psicológicas y simbolistas
La arquitectura según estas interpretaciones tiene valor en cuanto representa los sistemas de vida, las costumbres, la organización social, las aspiraciones de los distintos pueblos en diversas épocas.
“La arquitectura es el campo mas propicio en el cual el genio de un pueblo se puede explicar…” (Horace Walpole)
“Yo me encolumno entre aquellos que tienen la arquitectura como el arte de construir los edificios según las necesidades civiles y sagradas de los pueblos, e di adornarlos de manera que el ornamento indique la significación y el uso al cual son destinados” (Pietro Selvatico)
“La arquitectura es el registro de la historia de la humanidad” (Honore de Balzac)
“La arquitectura es esencialmente un arte cooperativa…ella debe expresar en cada periodo las condiciones de un pueblo como un todo, no solo el nivel de cultura que los mas aggiornados han alcanzado” (T. S. Attlee)
“La buena arquitectura es probablemente la manifestación externa, definitiva y satisfecha, del arte de vivir” (C. y A. Williams-Ellis)
“La arquitectura parece ser el arte mas grande porque ella es un arte de la comunidad…Cuando deviene el especializado producto del genio de un hombre, como en el siglo XV y en el nuestro, su declinación es inevitable” (R.A. Cram)
b. Definiciones funcionalistas y tecnicistas
La arquitectura, según estos criterios, depende del objetivo practico del edificio, de los materiales y métodos constructivos.
“Seria mucho mejor que el arquitecto se equivocase en los ornamentos de las columnas, en las medidas y en las fachadas antes que en las reglas fundamentales de la naturaleza que se relacionan con la comodidad, el uso y la ventaja de los habitantes; la decoración, la belleza, el enriquecimiento de los alojamientos solo sirven para satisfacer los ojos, pero no aportan algo útil a la salud y a la vida humana. No comprendéis que un error en la distribución y en la función de un local hace tristes, enfermos y desagradables a los habitantes?” (Philibert de l’Orme - 1576)
“La belleza de una construcción no reside en perfeccionamientos acercados por una civilización o una industria muy desarrolladas, sino en el empleo juicioso de los materiales y de los medios a disposición del constructor” (E. Viollet –le- Duc)
“La estructura es la lengua madre del arquitecto…quien esconde una estructura priva el mismo del único legitimo bello ornamento de la arquitectura; quien esconde una pilastra comete un error; quien construye uno falso comete un crimen” (Auguste Perret)
Contra tal determinismo utilitario o tecnicista se alzan las voces de numerosos estudiosos:
“La arquitectura no consiste en otra cosa que en el ornamento agregado al edificio” (John Ruskin)
“La arquitectura es la poesía de la construcción…esta basada sobre la construcción pero es algo mas, como la poesía es algo mas que la prosa” (Thomas Jackson)
“La arquitectura comienza donde termina la función” (Edwin Lutyens)
A la encendida ecuación de August Perret: CASA = MAQUINA DE HABITAR, Le Corbusier ha yuxtapuesto la evocativa definición purista: “La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnifico de los volúmenes bajo la luz”.
c. Definiciones lingüísticas
la investigación de leyes determinantes de la expresión arquitectónica esta en la base de las interpretaciones formalistas, abstracto-figurativas, puro-visibilisticas y fisio-psicológicas.
“La arquitectura no es otra cosa que el orden, la disposición, la bella apariencia, la proporción de las partes entre ellas, la conveniencia y la distribución” (Michelangelo)
“La arquitectura es una ciencia intelectual y practica dirigida a establecer con el raciocinio el buen uso y las proporciones de los artefactos” (Carlo Lodoli)
“En la arquitectura operan leyes en gran parte matemáticas y todas científicas” (Kerr)
Este esquemático sumario de definiciones justifica la observación de Camilo Boito: “La arquitectura es entre todas las artes del diseño la mas aburrida de sentir hablar”
La definición espacial
En sustancia ella se puede conseguir también en los tratadistas antiguos. El concepto de utilitas, de funcionalidad practica, de “habitabilidad” de la arquitectura esta presente en Platón, en Aristóteles, en Vitruvio, en el “cahier de notes” de Villard de Honnecourt del siglo XIII, esta vivo durante el Renacimiento, en Alberti y en Vasari, en Serlio y en Palladio, e indica con propiedad la característica de la arquitectura de preparar ambientes, de cerrar espacios adaptados para la vida de los hombres; el concepto de “organismo”, se puede encontrar ya en el tratado de Filarete y, con extrema claridad en Francesco di Giorgio Martini, en las teorías de Leonardo y en las geniales intuiciones de Michelangelo, alude a la complejidad del fenómeno arquitectónico como la perspectiva y la proporción, desde Brunelleschi a Luca Pacioli, buscan de conferir una unidad de discurso; la misma insistencia sobre la firmitas y sobre la técnica constructiva, constante preocupación de los tratadistas en éxtasis frente a las valentías estructurales de los antiguos romanos o de los maestros góticos, nace de la conciencia que el trabajo del arquitecto consiste ante todo en ofrecer un reparo, en cubrir un vacío, en destacar una porción espacial de la extensión paisajista mediante un ensamble estadísticamente valido.
El concepto del espacio como factor distintivo de la arquitectura, como lugar de su conformación al uso, esta implícito en el pensamiento de Kant y de Hegel, en la teoría de la dinámica estructural de Schopenhauer, en las meditaciones sociológicas y ambientalistas de Taine, y es explicito en los escritos orientales, particularmente en Lao Tse.
“La arquitectura nos da espacios de tres dimensiones, capaces de contener nuestras personas, y es este el verdadero centro de aquel arte…La arquitectura sola puede dar al espacio su pleno valor. Ella puede circundarnos con un vacío de tres dimensiones y el placer que puede traernos es un regalo que solo la arquitectura puede darnos…nuestras mentes están por habito fijas sobre la materia tangible, y nosotros hablamos solo de eso que captura nuestro ojo; a la materia se da forma, el espacio viene por si. El espacio es un “nada” –una pura negación de lo que es solidó- y por ello no lo cuidamos. Pero a pesar de ello el espacio opera sobre nosotros y puede dominar nuestro espíritu; una gran parte del placer que recibimos de la arquitectura…surge en realidad del espacio…El arquitecto lo modela como un escultor la arcilla, lo diseña como obra de arte; busca en suma por medio del espacio de suscitar un determinado estado de animo en quienes “entran” en el…en la belleza de cada edificio el valor espacial, que se dirige a nuestro sentido de movimiento, tendrá una parte de primaria importancia” (Geoffrey Scott – 1914)
“El edificio no es mas un bloque de materiales de construcción para tratarse artificialmente desde afuera, a modo de escultura. El ambiente interno, el espacio en el cual se vive es el gran hecho del edificio –El ambiente, que debe estar expresado en el exterior como espacio contenedor” (Frank Lloyd Wright – 1928)
La definición ARQUITECTURA = ARTE DEL ESPACIO aparecida durante el ultimo siglo todavía es pasible de equívocos que alteran radicalmente su significado.
La misma plurivalencia de la noción de espacio exige que sea caracterizado analíticamente como arquitectónico.
Seria oportuno distinguir la actual interpretación espacial de la arquitectura de aquellas tradicionales examinando los siguientes problemas:
a) Artes del espacio, artes del tiempo, espacio-tiempo
Es evidente que la moderna acepción del espacio arquitectónico no tiene nada común con la anacrónica división de las artes en espaciales y temporales, según la cual la arquitectura seria un arte estática e inmutable, mientras la música, por ejemplo, viviría en el tiempo, en el flujo dinámico, en la sucesión.
El espacio arquitectónico no es fijo ni rígido: es el espacio-tiempo que se experimenta en la dinámica lectura de las secuencias arquitectónicas. Aquel que lo entienda como extensión pura, materialidad, realidad inamovible, se referirá a una noción tradicional a una categoría metafísica del conocimiento cuya inconsistencia ha sido suficientemente demostrada en el terreno científico y filosófico.
El proceso de percepción visiva, estudiado por Hildebrand y aquel de Schmarsow, son indispensables para la percepción de los espacios cuya vida se desarrolla y por tanto se comprende solo en un procedimiento temporal, a través del movimiento. Por ello ninguna reproducción grafica o fotográfica de un edificio puede sustituir la experiencia espacial, y también la representación cinética de un film no recoge mas que una de las infinitas sucesiones mediante las cuales se puede gozar un espacio.
“La configuración del espacio se explica con el movimiento…Para comprenderla estéticamente, debemos participar del sentimiento de este movimiento” (Volkelt–1876)
John Dewey, en su libro “El Arte como experiencia” de 1934, precisa con claridad:
“Las estructuras arquitectónicas ofrecen la perfecta de la separación de espacio y tiempo en las obras de arte. Si existe alguna cosa como esto es un edificio. Pero también una pequeña cabaña no puede ser materia de percepción estética si no intervienen cualidades temporales…el turista apurado no tiene una visión estética de Santa Sofía o de la Catedral de Rouen mas que cuanto pueda ver un automovilista que viaja a cien kilómetros por hora. Se debe mover en torno, dentro y fuera, y, a través de repetidas visitas, dejar que la estructura se nos presente gradualmente bajo varias luces y en conexión con humores diversos”.
La idea de “leer” un edificio como podemos leer a Milton o Dante, recavando en el sucederse de los ambientes una alegría análoga a aquella que se trae de la continuidad de las estrofas y de los cantos, penetra en la mente humana solo con notable fatiga, pues impone sacarse de encima preconceptos relacionados con la estaticidad, la cristalización inexorable, la imperturbable fijeza, atribuidas por siglos a la arquitectura.
Téngase en cuenta que la educación para la lectura de un edificio es tal vez mas compleja que aquella necesaria para entender un poema o un romance, desde que los versos, los periodos, las frases de las cavidades espaciales no son ordenados en modo inequívoco por el autor, pero deben ser recompuestas por el observador según numerosas, y en realidad infinitas, secuencias.
Si un edificio es concebido para una sola lectura o, peor aun, si no exige ni siquiera una lectura pero se agota en una estática visión, será de un diseñador de perspectivas y, al limite, por un escenógrafo, no ya de un arquitecto.
b) Espacialidad figurativa y espacio arquitectónico
el difundido asunto que la pintura se vale de dos dimensiones, la escultura de tres pero solo en sede plástica, y la arquitectura de tres pero en el orden espacial, es en verdad una simplificación. (…) en este sentido es justa la critica de quien rechaza referir el espacio solo a la arquitectura razonando que la espacialidad es una categoría universal de la actividad artística.
La diferencia entre el espacio arquitectónico y aquel de las artes figurativas no se referencia con un principio a priori definible con una ampliación matemática de coordenadas o con nuevas estructuras geométricas, ni siquiera implica una calificación del objeto arquitectónico en si, (…) se precisa en cambio en la experiencia del crear, del vivir y del contemplar los ambientes edilicios.
c) Espacio físico y espacio artístico
La constatación fenomenológica de la diversidad entre el espacio “virtual” de la pintura, aquel cerrado e impenetrable, “cúbico convexo” de la escultura y aquel “vacío, cúbico cóncavo” de la arquitectura, ha sido repetidamente tachado de materialidad.
La distinción entre “construcción” y “arquitectura”, building y architecture, prosa y poesía arquitectónica, se reduce a aquella entre espacio físico y espacio arquitectónico: sea la construcción como la arquitectura, ofrecen la experiencia de las cavidades físicas y existen por ellas, pero mientras la primera se agota en la material representación del espacio, la arquitectura lo vuelve a plasmar, lo altera, lo expande y lo comprime, lo carga de tensiones o lo enrarece, lo hace monolíticamente continuo o viceversa, lo infringe, lo parte, lo desgarra, calificándolo a través de la luz en infinitas imágenes aptas para trasfundirlo en grotesca fealdad como en atmósfera mágica, trémula y graciosa.
El arquitecto modela las cavidades, las agrede como el escultor a la arcilla y al mármol, pero con el peculiar procedimiento de plasmarlas desde el interior teniendo en cuenta las infinitas direccionalidades que el observador deberá pues recrear para leerlas completamente.
El espacio arquitectónico no es ni físico ni trascendental: es simplemente el punto de aplicación, el objeto preeminente, el lugar en el cual se encarna la realidad, la imagen de la Arquitectura; y resultara prosa o poesía, negatividad expresiva o elevadísima lírica, según quien lo informa y lo modula.
d) Categoría y personalidad espacial
la diferencia que hace irreconciliables las teorías tradicionales del espacio, especialmente la Raumgestaltung (2) elaborada por Schmarsow, Sorgel y Adler, y la interpretación actual tiene que ver con la relación entre el “concepto” de categoría del espacio y la concreta personalidad artística.
Berenson dice, a propósito de las investigaciones de Schmarsow y sus secuaces: “Los escritos de arte de los críticos dotados de mentalidad alemana han siso mas o menos dedicados a discutir la determinación espacial, el llenado del espacio, la deformación espacial, esto y aquello espacial…Esta preocupación ha conducido a un culto del espacio en abstracto, y a fantásticas interpretaciones…El lío de los críticos de mentalidad alemana es que ellos no parecen nunca tomar el arte como una experiencia”.
En antitesis a la Raumgestaltung y a sus múltiples derivados, el espacio arquitectónico despunta cada atributo mítico, atemporal, simbólico de revelaciones o de aspiraciones incorruptibles, eternas e inmutables, y junto cada lazo mecanicista.
Reviste en cambio un mas vasto significado fenoménico: comprende e interpreta los contenidos sociales y los factores técnicos de la arquitectura, expresándolos en valores de arte conmiserados al genio del arquitecto.
e) El espacio en las fachadas y en los volúmenes de la arquitectura
Una objeción reiterada y en verdad sorprendente, contra la moderna interpretación espacial de la arquitectura, se funda en la observación que el espacio no comprende solo los invasos, las cavidades edilicias, sino se lo encuentra también en las fachadas y mucho mas en los volúmenes; para decirlo en modo paradojal, que hay una “internidad” espacial también en los externos arquitectónicos.
Seria de verdad extraño que así no fuese y que las fachadas fuesen consideradas bajorrelieves repelentes de la atmósfera, la profundidad, el tiempo.
Analizando las fachadas y los volúmenes por cada verso, bajo varias incidencias de luz, declinación, desde abajo o desde un avión, podrá sin excesiva dificultad traducir en clave edilicia la entera gama de valores espaciales “virtuales” y reales…Pero la comprensión de las cavidades arquitectónicas exige una diversa y mas compleja pericia.
Quien no se fatiga en adquirir la capacidad para verlas y leerlas podrá formular juicios exactos y hasta aclaratorios sobre la arquitectura, pues el arquitecto poeta se expresa no solo en la manipulación de los vacíos, sino también en los volúmenes, en las superficies, en la grafía de las molduras; sin embargo renunciara a entender la arquitectura en la matriz secreta de su integridad.
f) Identidad entre espacio interno y espacio externo
El significado del termino “urbanismo” es denso de incertezas. Comprende en efecto: la programación económica del territorio, o planificación; su reglamentación física en zonas residenciales o industriales, esquemas viarios, centros direccionales, parques, etc.; la construcción concreta, plano-volumétrica y espacial, de la ciudad.
También la arquitectura puede ser distinguida en fases análogas, en el programa económico del edificio, en la reglamentación higiénica de sus masas y de sus ambientes, y en la concreta edificación.
Pero es evidente que, en urbanismo como en arquitectura, las dos primeras fases contienen las intenciones, importantes tal vez para entender la génesis del producto y sin embargo abstractas e hipotéticas sin ello, mientras solo la tercera fase provee el objeto histórico real.
Ahora la “distinción” entre el espacio “interno” propio de la arquitectura y aquel “externo” del urbanismo esta justificado solo en un provisorio terreno didáctico, pues el vacío de una plaza o de una calle, externo respecto de los edificios que las rodean, es interno respecto de la ciudad; los edificios funcionan como divisorios o directrices de contención de las fluentes cavidades urbanas, como paredes y muebles que articulan un ambiente cerrado.
Para caracterizar una plaza o una calle, no se necesitan métodos diversos de aquellos aptos para definir las salas, las galerías, los pórticos o el patio de un edificio.
La diferencia entre espacio “interno” y “externo”, entre arquitectura y urbanismo, no concierne a la peculiaridad del objeto: la ciudad es también ella creación de espacios cerrados, obras del arquitecto.
g) Arquitectura “con” y “sin” espacio interno
Una análoga instrumentalidad didáctica ofrece la distinción entre arquitectura con espacio interno y arquitecturas privadas de el.
Se dirá que un obelisco aislado, una columna votiva, un arco de triunfo, una fuente, son obras que exceptúan la arquitectura verdadera y propia pues se miran desde afuera, como grandes esculturas, pero no se puede vivirlas en el interior; y aun el templo griego después del siglo VI no presenta espacios cerrados, dado que el acceso a la cella sacra era por regla interdicto al publico y el afecto de los arquitectos estaba concentrado sobre valores plásticos de la columnata involucrada.
La moderna definición de la arquitectura como arte del espacio no niega los aportes de las interpretaciones tradicionales, mas aun las valoriza confiriéndoles un vector unitario: en torno a l espacio todos los fenómenos políticos y sociales, las voluntades de los comitentes, las costumbres civiles, las aspiraciones religiosas, los conocimiento técnicos, objeto de las interpretaciones culturales psicológicas simbolistas, funcionalistas y técnicas, indican los presupuestos del programa espacial, la materia intrínseca bajo el perfil artístico pero de sustancial importancia en la reconstrucción genérica del hacer arquitectónico; en particular, la historia de la ingeniería, desencallada de los cepos evolucionistas y “disminuida” en los organismos espaciales, ofrece una luminosa contraprueba de la funcionalidad y de la figuratividad.
Cada interpretación, cada “modo di ver”, cada criterio de juicio, por angulado que sea, desde el sociológico al puro-visibilista, deviene una contribución concreta y preciosa para la comprensión de la arquitectura, una vez aclarada su fenomenologia.
Decía Santo Tomas: “Yo debo vaciar mi alma para que Dios pueda entrar”. El arquitecto-poeta se encuentra en un estado de animo análogo, pues la experiencia histórica prueba que el puede hacer a menos de todo – de la simetría, del equilibrio estático-visivo, de la simbología de los contrastes pintoresquistas, de la proporción y de la escala humana, de la geometría elemental, prospectiva y post-euclidea, del ornato, de la buena ejecución, en suma de cada regla o ley compositiva enunciada en relación al lenguaje de una particular época, y contradicha de otros lenguajes – pero no del espacio, del vacío animado donde, cuando Dios no penetra, entra y vive el hombre, sufre, se alegra y busca su destino.
(1) Euritmia, arte del movimiento. Euritmia significa moverse en forma bella y armoniosa. Por medio del movimiento todo contenido anímico puede expresarse. La meta es el relacionar íntimamente el sentimiento personal con el entorno; cada movimiento debe realizarse intensa y correctamente con ese fin. El movimiento se convierte en puente entre alma y mundo exterior. Existen tres tipos de movimientos: puro, el que se confunde con la palabra y el de la música. La Euritmia fue creada por Rudolf Steiner en 1911 como Arte con raíces en la Antroposofía.
(2) Raumgestaltung: decoración de interiores.
Bibliografía: “Architectura in nuce” – Bruno Zevi – Sansoni Editore – Quarta edizione aggiornata: Sansoni 1994.
Resumen traducido de la Primera Parte: Prof. Arq. Jorge Alberto Garrappa – Facultad de Arquitectura UCSF - 2010.