"Escribid con amor, con corazón, lo que os alcance, lo que os antoje. Que eso será bueno en el fondo, aunque la forma sea incorrecta; será apasionado, aunque a veces sea inexacto; agradará al lector, aunque rabie Garcilaso; no se parecerá a lo de nadie; pero; bueno o malo, será vuestro, nadie os lo disputará; entonces habrá prosa, habrá poesía, habrá defectos, habrá belleza." DOMINGO F. SARMIENTO



martes, 24 de marzo de 2015

WHEN I'M SIXTY-FOUR

Por Jorge Garrappa

Es el título de aquella canción -de Paul McCartney- grabada por “The Beatles” en su album Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.
“Cuando cumpla 64”, la escuche por vez primera en 1967.
Había apenas cumplido los 16 y no podía imaginar siquiera como me vería a los 64 años.
Mi padre tenía 53 y mi madre, apenas 46.
Todos, quien más quien menos, estábamos bastante lejos de la edad a la que hacia referencia la canción del cuarteto de Liverpool.
“Cuando tenga 64” es una canción de amor, de un gran amor. Habla de un tipo que envejecerá, perderá su pelo y se preguntara si después de los 64, ella, aun le seguirá mandando tarjetas para San Valentín y lo felicitara para su cumpleaños con una botella de vino…
Su peor duda: “me necesitaras,… me alimentaras?... cuando tenga 64”… Imagino a un hombre desolado y profundamente enamorado, que ruega poder escuchar una palabra que lo haga feliz.
A cambio, se ofrece para arreglar los fusibles y el jardín de su casa…acompañarla mientras teje un suéter junto a la chimenea y, los domingos por la mañana, llevarla a dar un paseo.
Vuelve…es la palabra que espera escuchar de ella. La ha perdido hace tiempo y, con ella, también ha perdido el sentido de la vida.
Aunque ya no sea tan joven, el jugara con sus nietos…Los de ella…Por qué los de ella? El no los tuvo y los añora? Quién lo sabe.
Finalmente, le pide una pronta respuesta, al menos con una postal. Antes de firmar la carta, le confiesa que será suya … para siempre.
Canción triste, emocionante…Las idas y vueltas de la vida y del amor…Quererse, tenerse y amarse locamente en un momento y, en otro, herirse, alejarse, pero ... jamás olvidarse.
Yo no perdí el pelo, quizás por una cuestión hereditaria. Sin embargo, he envejecido, naturalmente.
A Dios gracias no estuve solo y recibí siempre infinidad de saludos cariñosos en mis cumpleaños.
Nietos…aun no han llegado. Pero ya llegaran…Sueño con llevarlos a la plaza, enseñarles italiano mientras juegan y disfrutan de un rico helado. Como tío Felice hizo conmigo.
Hermosa canción para repensar la vida.
Today, i'm sixty-four.