"Escribid con amor, con corazón, lo que os alcance, lo que os antoje. Que eso será bueno en el fondo, aunque la forma sea incorrecta; será apasionado, aunque a veces sea inexacto; agradará al lector, aunque rabie Garcilaso; no se parecerá a lo de nadie; pero; bueno o malo, será vuestro, nadie os lo disputará; entonces habrá prosa, habrá poesía, habrá defectos, habrá belleza." DOMINGO F. SARMIENTO



lunes, 1 de febrero de 2010

MIGUEL ANGEL Y SU GENIAL AMPLIFICADOR DE SONIDO

El descubrimiento, es de un equipo de la Università di Firenze: las medidas de la columna Trajana de Roma son iguales al interior del campanario “cinquecentesco” del Duomo de Pietrasanta cuyo proyecto, por la complejidad, podría ser atribuido al genio de Michelangelo Buonarroti.
Alto más de treinta metros, el paralelepípedo de solida mampostería de ladrillo, tiene una caña interna de forma insólitamente cilíndrica y fue creado para producir, a través de las campanas, una increíble columna sonora, el sonido autentico de una antigua y épica columna de mármol.
La nueva hipótesis pertenece a Gabriele Morolli, profesor de Historia de la Arquitectura del ateneo florentino y especialista en Miguel Ángel.
Para realizar obras ciclópeas y costosas (como la nueva basílica de S. Pietro en Roma o, en Firenze, la fachada marmórea de la Iglesia de S. Lorenzo, cuyo proyecto fue confiado al Buonarroti, pero nunca fue realizado), el Papa (segundogénito de Lorenzo de Medici y Clarice Orsini) había adquirido la Versilia al Estado Florentino para liberarse del monopolio extranjero de las milenarias cavas de Carrara.
El edificio de Pietrasanta fue realizado en torno al 1520 por Donato Benti, colaborador de Miguel Ángel que, entre 1516 y 1520, se había establecido allí para investigar un nuevo yacimiento de marmol por encargo del Papa León X.
El Prof. Morolli explica que, el campanario, tiene base cuadrada (lado de ocho metros) y sube en altura con las fachadas ligeramente inclinadas hacia atrás y rayadas por salientes y entrantes de ladrillo, destinados a acoger el revestimiento en placas de mármol, idea posteriormente no realizada, y con la estructura interna del campanario excavada por una grandiosa escalera tipo caracol autoportante, siempre en ladrillos, que sube a la celda campanaria con tres estrechamientos y un centenar de escalones.
La sorpresa esta, precisamente, en las medidas de la caña interna, también esta angostada. En efecto, los relevamientos de Enrico Venturini, colaborador de Morolli, no mienten: misma base, altura y dimensiones de la columna Trajana a partir del modulo-diámetro (18 palmos romanos, cerca 4 metros) elegido por Apollodoro de Damasco para transferir al mármol las empresas del emperador Trajano, con el primer monumento cocleo de la historia (en el exterior relieves en espiral continuo, en el interior, hasta la cumbre, una escalera de caracol).
Tema extremadamente apasionante aquel de la escalera cóclea que, en aquel inicio del “Cinquecento”, involucraba a Bramante (la escalera en el Patio del Belvedere en Vaticano), Leonardo (la escalera de caracol en el centro del Castillo de Chambord) y Antonio da Sangallo el Joven (la doble rampa del Pozzo di S. Patrizio en Orvieto).
Aun la computadora confirmaría la hipótesis que el núcleo poético de la invención del tornillo de Pietrasanta sea la idea reproducir fielmente, pero en inquietante negativo, las formas de la columna Trajana.
Invención arquitectónica de extraordinaria complejidad geométrica y genial sapiencia tecnológico-constructiva.
Morolli subraya: "Difícil atribuir un "capolavoro" de este tipo al modesto Benti. Es mas fácil imaginar el genio divino y caprichoso de Michelangelo que, por juego o desafío, ha usado aquel colaborador suyo para realizar una manufactura capaz de recrear la armonía de la celebre columna no a través de formas visibles, perceptibles por el ojo, sino mediante la propagación y la amplificación del sonido de las campanas: una grandiosa, cavada y etérea columna sonora".
Pues se trataría de un experimento, entre las hipótesis del Prof. Morolli, que Michelangelo pensaba aplicar en proyectos más emblemáticos como San Pietro en Vaticano o San Lorenzo en Florencia.