Por Jorge Alberto Garrappa
Aprendiste a dar un paso después de otro. Primero caminar, después correr. Primero pensar, luego actuar. Axiomas piemonteses.
Hasta levantaste una muralla echada. El perímetro de tus calles empedradas. Virtual centro histórico pos medieval.
Trinchera de civilidad. Ciudad grande que se resiste a perder los hábitos de pueblo chico.
Ciudad que quiere mantener su virginidad ante el inevitable crecimiento urbano. Como la vida misma.
Añoras tus años de adolescencia, cada vez más lejanos. Tu silueta se ha transformado, poco a poco. De niña a mujer.
Ya no te duermes con el silbato del “rondín” en el silencio de la noche. El ulular de sirenas lo ha reemplazado.
Contradictoria. Inteligente y pujante desde tu cuna misma. Temerosa y reflexiva ante el porvenir.
Imaginaste el automóvil cuando aun no existía. Lo dice el ancho de tus calles. Cultivaste el trabajo y el progreso. Lo definen tus instituciones, tus escuelas, tus talleres y fábricas.
Pensaste en el paseante y el solaz. Lo dicen tus veredas anchas y arboladas. Lo confirman tus canteros insulares coloridos.
Creaste una sinfonía de color urbano. Lo afirman tus azules jacarandaes y lapachos rosados.
Un collar de tipas y una cadena de palmeras configuran el rosario, cuyas cuentas apuntan a Santa Fe de la Vera Cruz. Cordón umbilical que te une a la vieja capital de provincia.
Fuiste concebida sobre un tablero por lecho. El de aquel diseñador teutón de nuevas colonias.
Concéntrica. Plaza. Comercios. Residencias. Quintas…Cabeza de un sistema territorial satelital, partido del cardo y el decumeno romanos.
Debes ser por lo que eres, no por lo que tienes.
No tienes montañas ni colinas. Tampoco ríos ni lagos. Siquiera un mar.
Tienes un horizonte infinito cuyo límite son los paraísos del campo, allá a lo lejos.
Tienes una planicie fértil y reproductiva, como pocas. Plagada de animales y cultivos, a solo metros de tu plaza central.
Como una joven que ha perdido su inocencia, distendida sobre la hierba, ya se te notan nítidamente los contornos del cambio fisico.
Las torres ya interrumpen tu silueta plana de otrora. Desde sus balcones se descubre cuanto has crecido.
Eres toda una mujer, que alterna escarceos amorosos y juegos infantiles. Como aferrándote a un tiempo que fue y no volverá.
Enfrentaras la vida adulta. Probaras nuevas frustraciones y alegrías. Aprenderás.
Tomaras decisiones tu sola. Acertaras y erraras. Sacaras provecho de ellas. Las más sabias te guiaran hacia la verdadera sabiduría.
Tu herencia no debe dilapidarse jamás. Tampoco congelarse en el tiempo. Lo que importa es la felicidad. La mejor calidad de vida para tus hijos.
Gringa mestiza. Hija de italianos, suizos, españoles, árabes, judíos y franceses. Tus rasgos únicos. Bellos por esa misma mezcla, impresionan a quien te conoce. Perla del Oeste santafecino. Prototipo en todo el país. Seguirás creciendo. Inevitablemente.
Serás madre de muchos hijos. Aquellos que se fueron, algún día volverán a buscar tu consejo. A criar sus hijos.
Tus nietos y bisnietos.
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