Frecuentemente hemos dicho que los operarios y campesinos, llegados a los alrededores de Rafaela a finales del siglo XIX y principios del XX, eran mayormente piemonteses, mientras los emprendedores y comerciantes venían de la Lombardia.
Giovanni Scossiroli, nacido en 1856 en Legnano, Provincia de Milano, fue uno de ellos. Sus coetáneos lo describían como un hombre de rostro rubicundo, inteligente, simpático y siempre ubicado. Parece que non se cansaba de hablar y darle color a sus charlas con anécdotas curiosas y muy interesantes. Lo definían tambien como un perfecto evolucionista a quien no le gustaba aferrarse a normas y principios permanentes excepto aquellos que apuntaban al progreso y desarrollo social. Su nombre se encuentras grabado entre los grandes emprendedores de la ciudad además de como Concejal e Intendente Interino de la Municipalidad de Rafaela.
En 1892 fundaba la fábrica de muebles de madera que luego vendía en un local comercial -único en su tipo- con fachada totalmente vidriada de tres pisos, ubicado justo en medio del Boulevard más importante de la ciudad.
El 13 de Enero de 1907, en una reunión convocada en su carpintería, era fundado tambien el Club Atlético Argentino de Rafaela de cuya comisión directiva formo parte junto a otros lombardos como Edoardo Ripamonti y Attilio Brambilla.
El 25 de enero de 1925, se constituía la “Compañía de Electricidad de Rafaela”, cuya primer Comisión Directiva lo contaba entre sus dirigentes.
A pesar de su edad, Scossiroli no se detenía nunca y no abandonaba su puesto de lucha. No lo satisfacía mirar con indiferencia el devenir, sentía el fuerte reclamo de la sociedad que vibraba, sufría y gozaba aquellos tiempos de transformación y se sumaba e ella.
Es por ello que la Municipalidad de Rafaela, por medio de la Ordenanza Nº 1.678, del 13 de agosto de 1965, instituyo el nombre de Juan Scossiroli a una importante calle de la ciudad de Rafaela.
Mi afición por la historia me llevo, algún tiempo atrás, a encontrar a Maria Lydia Scossiroli, nieta de Juan, de paso por Rafaela.
Café por medio, hablamos largamente sobre su "nonno" y su actividad comercial e industrial desarrollada en Rafaela y alrededores.
De aquel encuentro comprendí que Scossiroli más que un emprendedor común había sido un verdadero “pioneer”, como se decía entonces en ingles.
En efecto, no solo hacian su carpintería muebles y equipamiento sino casas industrializadas!
En tiempos en que ninguno siquiera pensaba en una casa hecha en madera, porque no era culturalmente consentido ni habría brindado ninguna seguridad, Scossiroli lo había hecho.
Recordemos que las casas debían ser edificadas en ladrillo, cuya imagen fuese de una solidez notable. En lo que respecta a la mano de obra todo era hecho por artesanos italianos que traían de ultramar sus capacidades profesionales.
Quien habría podido pensar en otra cosa?
Efectivamente, Juan Scossiroli.
El había diseñado una casa industrializada de madera de fácil y rápido montaje “en seco”…en el lugar que fuese!
En la ciudad si, pero especialmente en el campo donde era muy complicado llevar los materiales de construcción tradicionales en un país en vía de desarrollo.
La casa “prefabricada” tenia un diseño simétrico, de dos pisos, con una balconada que formaba la galería frontal y techos inclinados cubiertos con chapas acanaladas, seguramente inglesas.
La estructura de madera era encastrada en una base de ladrillos de 60 cm. de altura y 45 cm. de ancho, que debía salvarse con dos escaleras laterales de 5 escalones.
En el nivel de terreno, además de la galería vidriada, había una sala comedor, la cocina, una despensa y una sala de baño, mientras en el plano superior había dos dormitorios y el espacio semicubierto sobre la logia frontal, cerrada sobre tres lados por una baranda blanca.
Lamentablemente no he podido encontrar ningún prototipo en los alrededores de Rafaela, quizás cuantas se habrán construido, no lo saben ni siquiera los parientes. Pecado que no haya tenido éxito este proyecto por la superioridad de la mampostería sobre la madera.
Pero la presunta superioridad de la mampostería choca contra las técnicas constructivas que hacen la casa de madera más deseable, en virtud de sus prestaciones en términos de confort, seguridad y tiempo de construcción. Pero la voz mas atractiva para el mercado europeo que puede cavar un surco en nuestro imaginario es sin duda el precio.
Según una publicación técnica una casa de pocos requerimientos energéticos, de buena calidad constructiva, cuesta entre 1050 y 1300 euros/m2 «llave en mano», incluyendo instalaciones y sanitarios. Todo de alto nivel y montado en 3-4 semanas. Interesante.
La verdad es que Juan Scossiroli en los ‘20 había ya incursionado en el mundo de la investigación y de la prefabricación que de haber continuado habría sido una solución de gran porte al problema de la vivienda social todavía no resuelto en Argentina.
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